Denuncia abierta a las no-hembras de Latfem(*)
Maria José Binetti
Doctora
en Filosofía y Magíster en Estudios de las Mujeres y de
Género - Investigadora del CONICET (Argentina) Filosofía
Contemporánea y Filosofía Feminista - Activista por los
derechos de las mujeres en base al sexo - Integrante de la
Campaña Argentina por el Reconocimiento de los Derechos de
las Mujeres en Base al Sexo
28 de junio de 2022
El día 27
de junio presenté ante el Instituto Nacional contra la
Discrminación, la Xenofobia y el Racismo de Argentina (INADI)
una denuncia contra Marce Joan Butierrez en razón de su
“Carta abierta las hembras de la especie humana”
(https://latfem.org/carta-) publicada por la organización Latfem
(https://latfem.org/), de la cual dicha persona es miembro.
La carta
es una estampida de violencia y discriminación
misógina contra el equipo de mujeres que solicitamos en marzo
del corriente una medida cautelar contra el Instituto de
Estadística y Censos de Argentina a fin de que la
categoría mujer no fuera asumida por el Censo 2022 como una
identidad de género “cis” o “trans”, tal
como lamentablemente sucedió. El pedido de la cautelar
desató la “furia trava” de las multitudes queer, las
cuales arremetieron de inmediato con el propósito de injuriar,
agraviar y silenciar. La carta de Butierrez publicada por el portal
Latfem es una clara muestra de la violencia que mueve a estas hordas
enfurecidas.
Quiero hacer
público en este espacio el texto de la denuncia que acabo
de presentar ante el INADI por varias razones. La primera e inmediata
es mi propia seguridad personal. Compartir y hacer visible nos protege,
además de actuar como catalizador colectivo de la angustia
personal. La segunda razón es que lo que nos toca a algunas, nos
toca a todas, y sabemos que somos legión. La tercera es
contribuir a que la sociedad tome conciencia del peligro al cual nos
enfrentamos las mujeres que hemos decidido defender nuestros
menoscabados derechos basados en el sexo, peor aún si somos
intelectuales e intentamos hacerlo desde la racionalidad argumentativa.
La sociedad debe verlo. El Estado es responsable.
“Por la
presente vengo a denunciar la “Carta Abierta a las hembras de la
especie humana” de Marce Joan Butierrez, miembro de Latfem.org,
publicada por ese portal el día 26 de marzo de 2022. Denuncio el
discurso discriminatorio contra mi persona por el hecho de ser mujer;
los dichos violentos, injuriosos y difamatorios contra mi y mi trabajo
académico, a quienes le son imputados una serie de cargos que
Butierrez autopercibe sin ofrecer más prueba que su sentir
identitario.
Butierrez intenta
justificar su discurso misógino en el hecho de haber yo
ejercido libremente los derechos basados en el sexo que como
ciudadana mujer me garantizan la Constitución Nacional y la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, de jerarquía
constitucional en Argentina (art. 75, inc. 22 y 23, CN).
Esta persona me
discrimina por mi condición de “hembra de la especie
humana”, asumiendo que ser mujer se reduce a un mero factum
biológico disociado de la unidad biopsicosocial y espiritual que
el ser personal supone, así como del estatus personal, legal y
político del sexo. La misma niega igualmente el carácter
integral y subjetivo del sexo y la sexualidad humanas, y supone que mi
mente está enajenada en un imaginario social arbitrario,
alienada del cuerpo sexuado que la constituye intrínsecamente.
Dicho de otro
modo, para Butierrez el sexo femenino se reduce a una condición
animal. Por mi condición animal de hembra yo
intentaría —según lo expresa— imponerme sobre
los demás; cito, “avasallar el orden democrático y
los avances del feminismo”, “promover un sistema de
jerarquías sexuales”, “destilar odio” y
difundir “falsedades”. Gutierrez me atribuye expresiones
“violentas, fascistas y transodiantes”.
En especial,
degrada y menoscaba mi trabajo académico como filósofa e
investigadora del CONICET calificándolo de “pensamiento
fascista y transfóbico” que “dista del
espíritu de pluralidad y tolerancia que la ciencia
persigue”. Dicha persona insiste en que mi pensamiento no es
científico, sino “fascista, antidemocrático, que
promueve el odio por las personas trans” y busca “impugnar
la producción científica de las demás
personas”. Según Butierrrez, mi posición no posee
“ninguna argumentación lógica ni defiende ninguna
realidad material”.
Para Butierrrez yo
pertenecería a “la clase media alta”, razón
por la cual me considero superior y ejerzo un “afán
totalitario y trans excluyente”. Percibe incluso que soy
“financiada por los capitales internacionales que apoyan los
neo-fascismos latinoamericanos”. Me achaca además ser la
líder de una especie de organización delictiva:
“Binetti y sus adeptas”.
Este sujeto y el
portal que difunde sus dichos incitan al odio contra mi
persona en razón de una autopercibida posición fascita,
llaman a la violencia y al silenciamiento, a “alzar los
puños en alto y responderles con furia travesti que NO
PASARÁN! ¡NUNCA MÁS!”, en una
evocación de los crímenes cometidos por la última
dictadura cívico-militar argentina. Butierrez me imputa un
delito y sugiere que es de lesa humanidad.
En
síntesis, el discurso de Butierrez publicado por Latfem me
discrimina por el hecho de ser mujer; su violencia misógina y
sus dichos injuriosos revictimizan a quienes hemos osado defender los
derechos y libertades que la Constitución Nacional nos garantiza
en tanto que mujeres, esto es, en tanto que “personas de sexo
femenino” (Diccionario de la Real Academia Española),
conforme lo establecido por la CEDAW.
Su Carta Abierta
difundida por Latfem es un llamado a la violencia contra las mujeres
por ser mujeres con el pretexto de un indemostrado pensamiento y
activismo de odio. En realidad, lo que se busca es eliminar a quienes
molestamos y obstruimos el ya evidente programa para borrar el sexo
como categoría legal en Argentina y universalizar en su lugar
las identidades de género autodeclaradas.
En mi persona,
Butierrez y su canal de difusión violentan a “las hembras
de la especie humana”, esa condición —en su
opinión— meramente animal que no merece ningún
derecho o protección legal específica. Butierrez y Latfem
lesionan la libertad de pensamiento, expresión y
asociación, el libre intercambio de ideas y conocimiento, y el
derecho a disentir y debatir: valores esenciales de una sociedad
democrática, plural y tolerante.
Por lo expuesto,
reclamo ante este organismo la debida sanción y
restitución de los derechos vulnerados. Caso contrario, hago
reserva de proseguir por la vía judicial.”
En un país
absolutamente capturado y financiado por la corporación queer,
arrasado por la inoperancia y la corrupción populista, con
más del 50% de su gente hundida en la pobreza y un 80% de
inflación en indetenible ascenso, en esa Argentina comprobaremos
ahora si también el Instituto Nacional contra la
Discriminación ha entregado la dignidad de sus mujeres.
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(*)
a)
{En síntesis,
el discurso de Butierrez publicado por Latfem me discrimina por el
hecho de ser mujer; su violencia misógina y sus dichos injuriosos
revictimizan a quienes hemos osado defender los derechos y libertades
que la Constitución Nacional nos garantiza en tanto que mujeres,
esto es, en tanto que “personas de sexo femenino” (Diccionario de
la Real Academia Española), conforme lo establecido por la CEDAW. Su
Carta Abierta difundida por Latfem es un llamado a la violencia
contra las mujeres por ser mujeres con el pretexto de un indemostrado
pensamiento y activismo de odio. En realidad, lo que se busca es
eliminar a quienes molestamos y obstruimos el ya evidente programa
para borrar el sexo como categoría legal en Argentina y
universalizar en su lugar las identidades de género autodeclaradas.}
Pues,
la infancia presenta una situación que comprende el hecho de
asimilar, en poco tiempo, los resultados del desarrollo cultural
extendido a través de miles de años, donde una porción de esa
transformación la podría cumplir el infante por su propio
desarrollo, pero el resto le es impuesto por la educación, donde en
el proceso edípico, entre otras alteraciones, el abuso, etc.
padecido configura la homosexualidad; Una perversión. Es así, que
la educación debe buscar el camino entre la dificultad del dejar
hacer y la dificultad de la prohibición, no siendo un problema
insoluble estando en poder de la mujer que, posibilita hallar un
eficiente camino, pues, solo lo femenino procura al infante un máximo
beneficio con un mínimo de daños. La educación en poder de la
transexual ecuménica perversa civilización patriarcal, solo
“cumple” su misión causando a los infantes varones graves daños
que, llevan a su irreversible
perversión no sublimada y ambigüedad sexual.
b)
{En mi persona, Butierrez y su
canal de difusión violentan a “las hembras de la especie humana”,
esa condición —en su opinión— meramente animal que no merece
ningún derecho o protección legal específica. Butierrez y Latfem
lesionan la libertad de pensamiento, expresión y asociación, el
libre intercambio de ideas y conocimiento, y el derecho a disentir y
debatir: valores esenciales de una sociedad democrática, plural y
tolerante.}
Pues,
el animal humano en el área de la dirección gubernativa del poder
en las sociedades, las políticas, las religiones, las ciencias, etc.
“del transexual ecuménico perverso patriarcado”
utiliza los “elementos evolutivos” de la especie, especialmente,
la comunicación y sus medios para que creamos sus argumentaciones
incapacitados de acceder a percibir su real estado regresivo cuando
en “su canal de difusión violentan a “las
hembras de la especie humana”, esa condición —en su opinión—
meramente animal que no merece ningún derecho o protección legal
específica”. Situación
enlazada al proceso de regresión observado en las alteraciones
ordinarias que procuran una “ventaja” en su naturaleza
patológica, constituyéndoles un “arsenal defensivo”
complaciendo su sadismo, sobre la población planetaria integrada con
“más del 50% femenino”, hoy, a su merced, mediante
su organización psíquica como entidad independiente que presentan
de este modo como útil y aprovechable, pero arrastrando a la
sociedad identificada con la patología de la dirección gubernativa
del “poder mundial globalizado del transexual ecuménico
perverso patriarcado” en las sociedades, las políticas,
las religiones, las ciencias, etc.
“Experimentamos
así la impresión de que la civilización es algo impuesto a una
mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los
medios de poder y coerción.” (Freud)
El
sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso
irresoluble y ambiguo sexual
Un
travesti no es una mujer
La
homosexualidad es una perversión
Lo
femenino es el camino
Buenos
Aires
Argentina
29
de junio de 2022
Osvaldo
V. Buscaya (OBya)
Psicoanalítico
(Freud)
*Femeninologia
*Ciencia
de lo femenino